A la hora de realizar una rinoplastia existen dos grandes tipos de técnicas para realizar una rinoplastia la abierta y la cerrada.

La técnica abierta consiste en realizar una incisión en la piel de la zona que separa las fosas nasales (columela) combinada con otras incisiones en el interior de la nariz. De esta manera se puede acceder con facilidad a las estructuras internas de la nariz.

El principal beneficiado de esta técnica es el cirujano pues de forma fácil puede realizar los cambios necesarios en la nariz. Aunque para el paciente conlleva más inflamación, más tiempo de recuperación, y puede quedar una cicatriz visible. Sin olvidar que la técnica tiene menos precisión a la hora de ir valorando los cambios que se van realizando durante la cirugía.

Por otro lado la técnica cerrada o endonasal evita esta incisión externa en la piel y solo usa incisiones internas para acceder a las estructuras susceptibles de cambio. El principal beneficiado de esta técnica es el paciente que evita una cicatriz que en ocasiones puede ser notoria y además tendrá una recuperación más corta, con menos inflamación.

Esta última forma en manos expertas es la que mejores resultados globales ofrece y es la que yo recomiendo y practico.

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